mardi 26 mai 2009

OBRAS LITERARIAS CREADAS EN LA MARATON

En el SUM de Cotesma

Se agolpó la creatividad
Se dio cita una mañana
La lluvia limpiaba las dudas
La luz y la energía latían por los rincones!
Pintemos!!
Dibujemos!
Traigamos placer al alma
Y ¿por qué no?
Alguien escribe
Alguien cose
Alguien agolpa el vidrio
En divertidas formas
Inolvidables colores
Aquí a mi lado Marta
Su caja de té
Refleja el toque sensual de su alma.

Griselda
SMAndes Mayo 2009


La vie de nos rêves

Pourquoi est-ce qu'on rêve?
Si les rêves ne sont pas la réalité
Les rêves ne nous font pas vivre...
Donc pourquoi est-ce qu'on rêve?
Je me rappelle avoir rêvé la victoire,
J'ai rêvé de compliments, j'ai rêvé l'amour.
Mais j'ai vécu la défaite, j'ai vécu le rejet
Et je n'ai pas eu l'opportunité d'aimer...
Est-ce que je dois arrêter de rêver?
Non, justement je ne dois pas faire cela.
Je ne peux pas renoncer à la dernière chose qui me reste!
Si on perd dans la vie,
Les rêves nous donnent le courage pour continuer.
La réalité ne sera jamais comme nos rêves
Mais si on a la foi, le monde nous montrera
Que ceux-ci ne sont pas si loin.
On doit apprendre à voir les belles choses de la vie,
Jusqu'à ce que la réalité et les rêves
Ne soient plus que la même chose:
La vie que nous nous créons jour à jour.

GERMAN REBORD


Lo pude decir

Repentinamente percibió que sus músculos estaban cada vez más rígidos. Los músculos de su cara. El maxilar apretado y las órbitas oculares como los ojos de un gigante emplazados en su piel. En ese estado de tensión y a la vez placer inexplicable algo estaba gestando. La tensión no le pertenecía solamente a él. Era grupal. La atención asimismo era patrimonio de todos los presentes. Algunos comentarios salpicaban con un espíritu de camaradería el momento. Tensión y atención, camaradería y concentración.
Su mano derecha se deslizó hacia el lápiz, lo tomó, lo hizo girar, una y otra vez. Su mano izquierda dibujó un sonido breve, repiqueteando sus dedos, haciendo sonar sus uñas, un tanto débiles contra la placa de fórmica que revestía la mesa. Quiso girar su cabeza y descubrió que su cuello, también apretado y en tensión no se lo permitía.
Ecoutez!, escuchó la consigna.
Resignó sus primogénitas ideas, suspiró bajo, muy bajo, no era el momento.
Debía hacer el mega esfuerzo de guiar el desarrollo máximo de sus sentidos en esa dirección. No pudo jalar del aire la representación simbólica de los sonidos. Interpretó, tal vez por apuro colectivo, un par de frases, jamás podría escribirlas ¡Jamás! ¿O tal vez sí pudiera escribirlo, si intentaba quebrar la rigidez y daba rienda suelta a la naif idea de escribirlo "como sonaba"? Jugó con su intelecto y se preguntó a sí mismo: "¿Y qué es escribir algo como suena? A mi me suena en español y a ellos les suena en francés"
La comisura de sus labios se arqueaba en una sonrisa, se reía de sí mismo.
Alberto?, escuchó que su nombre era requerido como para responder a la pregunta que amanecía en la didáctica.
Je ne sais pas comment dire ESTOY MAS PERDIDO QUE PERRO EN CANCHA DE BOCHAS en francais
Y entonces estalló la carcajada en el aula.
Riéndose a la par de los demás, pensó "lo pude decir".

Para Alberto, mi compañero de francés
Griselda – SM Andes Mayo 2009.


Volví a vivir

No se trata de que no hubiese estado respirando todo este tiempo, no. Tampoco quiero decir que necesité un tubo de oxigeno o una de esas máquinas que prolongan en estado vegetativo la existencia de algunos cuerpos.
Ya verán, fue cuando me descubrí cantando un tango a la par del programa televisivo que estaban mostrando en aquel momento por el canal local, cuando regresé a la felicidad de poder cantar libremente. Para mi asombro, no fui yo solamente quien se descubrió viva. Mis hijos me observaban y comentaban con mucho gozo: ¡Escúchenla! ¡Cómo canta!
Siempre había cantado, es decir, siempre, antes de casarme con él. No podría explicar qué me unió o que me llevó a decidirme ser su esposa. Seguramente podría explicar qué me mantuvo ligada a él por más de veinte años. No fueron los cuatro niños que nacieron de nuestra unión, no fueron nuestras ocupaciones paralelas, ni el hecho de que trabajásemos pasillo de por medio, no fueron sus dos primos llegados de sabe Dios dónde, e instalados a vivir en nuestra casa, como si fuese la propia. Fue mi madre.
Y ella lo supo siempre. ¡Qué palabra fuerte que parece perseguirme! ¿Siempre?
¿Cuándo comenzó ese siempre?
El hecho de estudiar, de lograr lo mejor, y luego el hecho de trabajar y proyectar mi más excelente capacitación en servicio a mis pacientes, evitó mi locura. Ocho años de novios, y no supimos vernos bien. La tradición, la impronta materna, lo que debe ser, y nos casamos, llegó el día de nuestra boda. ¿Pasión? Hace poco me preguntaron si entre nosotros había habido alguna vez pasión. No puedo responder por él. En cuanto a mí hubo el letargo de ser la esposa y la madre de esa familia. Prolongada fachada, disimulando, pretendiendo hacerle creer a los amigos y familiares que todo marchaba bien.
Recuerdo que un día, en la mitad de la jornada laboral, sin golpear la puerta de su consultorio, abrí y entré. La imagen era obvia. Tanta cercanía no era propia de un paciente y su odontólogo, eran amantes.
Más tarde realicé la pregunta inevitable, pero lo hice con astucia: ¿Está de malas con su esposo?... Silvina, digo…
Él se ruborizó.
Los silencios eran comunes, la falta de explicación también. Los viajes sin mí, largas y pronunciadas ausencias en el transcurso de esos viajes.
De allí que, al escuchar mi propia voz entonando a la par de algún cantante famoso las estrofas de ese tango, reviví.
Muchas más noches de paz. Muchos más amaneceres sintiendo que recuperaba, de a poco y como si las hilvanara, las partes mejores de mi vida.
Él regresó de uno de esos viajes y me dijo que era tiempo de separar los consultorios.
Me parece perfecto que quieras divorciarte. Empecemos cuanto antes los trámites.
Por supuesto que no era ésa, la respuesta que él esperaba. Sin embrago no hubo opción. Ni modo de negar lo acontecido, ni modo de diseñar un nuevo disfraz que tapara, que escondiera, que sugiriese lo que no era.
Para ese entonces mi madre había fallecido, y antes de morir dialogó con mi tía. No la dejes. No dejes a mi hija. Sé que en cuanto me muera, ella se va a divorciar.
Tengo dos manos y las cuido. Con ellas me expreso, me divierto, pinto y siento que doy arte. Abro los ojos por la mañana y no tengo apuro por levantarme. Puedo quedarme debajo de las sábanas que calidamente me acarician y remolonear sin remordimiento. ¿Mis hijos? Son grandes y han hecho su vida, tal vez una de ellas no haya podido quebrar la impronta de unirse al dolor.
Canto, bailo, sonrío. Me relaciono no con la gente desde otra perspectiva.
El tiempo del sexo… se ha ido a vagabundear por cuerpos más jóvenes que el mío. Si no me enloquezco es por que no tengo con quién.
Como cuando me apetece y me abrigo cuando siento frío. Estudio, y me recreo. Respiro el aire y agradezco estar viva.
Volví a vivir.

Para Marta
De Griselda

vendredi 15 mai 2009














Los Creadores :

ASTUNI ATENAS craquelado
CORSO CARLOS EDUARDO Fotografia
CORSO LISA Mosaico artistico
CROTTE MARIA ELENA Pintura sobre virio técnica cajamarquina
GALARDI VIVIANA Pintura naïf
GALLARDO SANDRA BEATRIZ Tessera vítrea
GUEVARA GRISELDA MIRIAM Escitora
LEOTTA MARIA SILVIA Tunecino
MASTROSIMONE DARÍO Pintura óleo sobre tela
MASTROSIMONE GIANLUCA Pintura óleo sobre tela
NICOLOV ELENA Acuarela
REBORD GERMAN Poesía
ROMANO LIDIA Peluche madera y tela
ROSSINI JULIA Pintura
ROSSINI LUCAS Pintura
ROSSINI VALENTINA Pintura
SCHMAHL OFELIA Tunecino

Grupo Musical XONOS
MIGUEL RODRIGO
VIGNOLES JULIAN